"Ellos respondieron: "Cree en el Señor Jesús, y serás salvo, tú y tu casa".
1 Hechos 16:3 (NVI)
A veces, tratando de alentar a las mujeres que tienen esposos inconversos, comparto el testimonio de cómo mi mamá esperó años para que mi papá viniera a Cristo. Les digo: “No se rindan. Sigan orando por sus esposos. Unjan sus almohadas, sus frentes, e impónganles manos en oración mientras ellos duermen. Reclámenlos para Cristo. Dios honrará su fe”.
Una vez, después de haber dicho esto en una iglesia, un hombre se me acercó y me dijo: "Eso funciona." Le pregunté, ¿qué funciona? Él respondió: “Soy la prueba viviente de que ungir a un esposo y a su almohada mientras duerme funciona”. El hombre procedió a contarme cómo su esposa esperó muchos años para que él viniera a Cristo. Muchas mañanas a lo largo de los años, se había despertado con la frente aceitosa porque su esposa lo había estado ungiendo reclamándolo para el Reino de Dios mientras él dormía. Eventualmente, vino a Cristo y nunca más se despertó con la frente con aceite.
Hijo de Dios, esto funciona con todos los miembros de la familia. Si estás firme en fe creyendo por la salvación de un ser querido, no te rindas. La Biblia nos promete que si creemos en el Señor Jesucristo, nosotros y nuestras familias seremos salvos. A veces puede parecer imposible que algunas personas vengan a Cristo, pero recuerda que nada es imposible para Dios.
No te enfoques en cómo actúa esa persona, ni en el estilo de vida que lleva ahora. Cubre tu corazón con el amor de Dios y ponte en la brecha por esa persona. Sigue creyendo. Predícale a ese ser querido en amor y ora al Señor por su salvación. Si has intentado todo y nada parece funcionar, no tienes nada que perder, unge su almohada y si la persona tiene el sueño pesado, unge también su frente.
Quién sabe, tal vez un día, después de un servicio, escucho de uno de tus seres queridos la historia de cómo antes de conocer a Cristo, solía despertarse con aceite en la frente y/o en la almohada.
Comments