No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias.
Filipenses 4: 6 (NVI)
Hace algunos veranos, mientras trabajaba en mi jardín, noté lo malo que el invierno anterior había dañado mi cerca. Era obvio que tenía que arreglarlo pronto porque el comienzo de la temporada de lluvias no estaba lejos. El problema era que acababa de hacer un trabajo grande en mi auto y no tenía dinero para reparar la cerca. Sin saber qué más hacer y en lugar de preocuparme por el problema, pensé: “Supongo que Dios tendrá que arreglar la cerca por mí este año". Entré en la casa, me ocupé y me olvidé por completo de la cerca.
El siguiente domingo, después de mi mensaje, una pareja vino a verme. Me saludaron y el esposo me entregó una tarjeta. Porque los conocía bien, pensé que probablemente me estaban invitando a una fiesta de cumpleaños. Al ver que más personas querían hablar conmigo, me abrazaron rápidamente, se despidieron y se fueron. Puse la tarjeta en mi bolsa y ni siquiera la miré hasta que llegué a casa esa tarde. Dentro del sobre, encontré una tarjeta que simplemente decía "Gracias" y un cheque por más dinero del que necesitaba para arreglar mi cerca. ¡Dios es tan fiel!
Con la inflación que sigue subiendo y con los salarios que no aumentan, algunas personas pueden preocuparse sobre cómo van a pagar sus cuentas, pero como Hijos de Dios no tenemos que preocuparnos. Tenemos un proveedor generoso que es fiel cumpliendo sus promesas. Dios nos ha dicho que no nos preocupemos por nada. Lo que tenemos que hacer es pedir lo que necesitamos y agradecerle a Dios por su provisión. Dios escucha nuestras oraciones, incluso si no son largas o elaboradas.
La inflación en la tierra no lo afecta. La preocupación y la ansiedad pueden intentar invadir tus pensamientos, pero no los dejes. Estoy segura de que sabes que Dios es más que capaz de proveer para ti y tu familia. Si hay alguna necesidad en tu vida, compártela con Dios y agradécele de antemano por proveértela. No te preocupes, Dios responderá tu oración. Si mi simple pensamiento movió la mano de Dios para ayudarme a arreglar mi cerca, ¿qué crees que hará si expresas tu necesidad?
No pierdas el tiempo estando ansioso por el precio elevado de las cosas. La inflación para los Hijos de Dios es solo una oportunidad para ver su respuesta a nuestras oraciones. Es solo otra oportunidad de obtener un testimonio nuevo de la bondad de nuestro Dios.
VIVIENDO TU FE
La próxima vez que bombees gasolina, o compres comestibles, si la ansiedad trata de invadir tu corazón, agradece a Dios por su provisión. De hecho, da gracias a Dios hacia y desde la estación de servicio o del supermercado.
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