Satanás se levantó contra Israel e incitó a David a hacer un censo de Israel. Entonces David dijo a Joab y a los comandantes de las tropas: Id y contad a los israelitas desde Beerseba hasta Dan. Luego informadme para que sepa cuántos son.
2 Crónicas 21:1-2
Dios ama a los humildes. No hay lugar para el orgullo en la grandeza. El orgullo es un pecado, y el pecado sólo produce la muerte. Todos los líderes inolvidables que cambiaron el mundo para siempre fueron humildes. Jesús mismo es el principal ejemplo de humildad. Marcos 10:45 nos dice que Él vino a servir y no a ser servido. Dio su vida en rescate por muchos.
El rey David, como Jesús, fue humilde y sirvió a su pueblo en humildad. Después de matar a Goliat, fue tan popular en Israel que incluso el rey Saúl estaba celoso de la popularidad de David. Sin embargo, David fue lo suficientemente humilde como para permanecer en el palacio tocando el arpa para Saúl
Los líderes cristianos deben ser humildes, pero lamentablemente, como también son humanos, el orgullo es una fuerte tentación. En mi vida, he tenido el gozo de trabajar con predicadores de renombre mundial. Algunos han sido grandes ejemplos de humildad, pero también he trabajado con líderes cuyo orgullo fue su ruina.
El desafío, amigos míos, es que la mayoría de las personas no se dan cuenta que han abierto sus corazones al orgullo hasta que su orgullo ha lastimado a otros. La Biblia dice que Satanás se levantó contra Israel, tentando a David con soberbia. David cayó en la tentación y pecó. Su pecado causó la vida de miles. Amigos, nadie está exento de pecado. Si eres un líder, tienes un tiro al blanco en tu espalda. Si pecas, tú, tu familia y las personas que te siguen sufrirán las consecuencias de ese pecado.
Una excelente manera de evitar caer presa del orgullo sin darnos cuenta es rodearnos de buenos amigos que nos quieran lo suficiente como para mantenernos humildes. Asegúrate de tener siempre a alguien que te conozca bien y te amé lo suficiente como para decirte cuándo has abierto tu corazón al orgullo. Además, el Espíritu Santo siempre está dispuesto a ayudarnos. No importa lo que logremos en la vida, nuestra oración siempre debe ser que Dios nos mantenga humildes.
Para estudiar más sobre el tema puedes escuchar el podcast Piedra Angular en globalgraceministries.com o en donde quiera que escuches podcast.
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