¿Cuál ha sido el peor consejo que has recibido? Alguien me dijo una vez que me pusiera grasa en una quemadura, lo cual hice. La grasa selló la quemadura y causó mucho más daño. Ahora se que eso es lo peor que alguien puede hacer para tratar una quemadura. Todavía tengo la cicatriz. Mi asesor tenía buenas intenciones, pero su consejo no fue el mejor. Aun así, en mi opinión, ese no es el peor consejo que alguien, especialmente un cristiano, puede recibir. El peor consejo que alguien nos puede dar es “No cambies”.
Tal consejo es imprudente y una imposibilidad. Nos guste o no, el tiempo nos cambia a todos. Nuestros cuerpos cambian con el tiempo. Cada mañana, cuando me miro en el espejo, la persona que me devuelve la mirada se parece cada vez más a mi madre y cada vez menos a mí. Nuestros gustos evolucionan. Hace años, me encantaban los tacos de $0.99 que compraba en los restaurantes de comida rápida. Ahora me da acidez de solo mirarlos.
Si seguimos a Cristo, nuestro carácter y temperamento también deben evolucionar con el tiempo. Efesios 4:13 nos inspira a madurar a la plena estatura de Cristo. El mentiroso que comienza a caminar con Cristo después de algún tiempo, debe dejar de mentir. El pesimista debe aprender a esperar la bondad de Dios todos los días. Cuanto más caminemos con Cristo, el carácter de Cristo debe brillar más y más a través de nosotros.
Nuestro caminar espiritual debe modificarse si nuestro nivel de madurez se mantiene igual año tras año. ¿Por qué no nos tomamos un tiempo esta semana para evaluar si hemos crecido espiritualmente en los últimos años? ¿Nuestra vida de oración es mejor ahora en comparación con nuestra vida de oración antes de la pandemia? ¿Estamos leyendo la Biblia más que hace unos años? ¿Con qué área de nuestro carácter está trabajando el Espíritu Santo en esta temporada de nuestras vidas? ¿Estamos compartiendo el evangelio con la gente?
Seamos honestos con nosotros mismos, y si no vemos mucho crecimiento en nuestra vida espiritual, no es tarde para pedir ayuda. El Espíritu Santo siempre está dispuesto a ayudarnos a crecer. Entreguemos nuestras áreas débiles a Dios. Invirtamos tiempo en oración y leamos la palabra de Dios a diario. Antes de darnos cuenta, pensaremos, hablaremos y actuaremos más como Cristo. Un buen consejo para todos nosotros es ¡Hay que CAMBIAR!
Comments