Como pastora, he aconsejado a muchas personas y he experimentado el gozo de ver muchas vidas transformadas por el poder de Dios que rompe el yugo. Aun así, también he experimentado la dura realidad de que no todos los que reciben consejería se liberan del dolor que los llevó a buscarla.
En la mayoría de los casos, la razón principal de la falta de éxito es que la persona que recibe consejería pastoral no quiere o no puede sacar a la luz el motivo de su dolor emocional. Es increíble cuántas personas viven con dolor porque el miedo o la vergüenza les impide exponer sus secretos. Desafortunadamente, siguen atados al dolor porque no pueden sacar a la luz la raíz de su problema.
No hay libertad en la oscuridad. Cada secreto doloroso que guardamos es una puerta abierta en nuestras almas para que el diablo, el príncipe de las tinieblas, infrinja dolor. El primer capítulo del Génesis nos dice que las primeras palabras de Dios durante la creación fueron: "Sea la luz" (Génesis 1:3). Dios quería que su creación viviera en luz. Dado que Dios es luz, cada área oscura de nuestro corazón es una zona donde Dios no reina.
Esta semana, sentí en mi corazón pedirles que expongan cualquier fuente oculta de dolor. Si están leyendo esto, probablemente Dios haya estado tratando de liberarlos del dolor por un tiempo. Efesios 5:13 nos dice que todas las cosas se hacen visibles cuando la luz las expone y que todo lo que se hace visible es luz. Sólo tienen que confesar un secreto una vez para que ese secreto pierda su dominio sobre ustedes.
Si bien es cierto que no podemos ir por la vida compartiendo detalles íntimos de nuestra vida con todos, debemos hacer todo lo posible de vivir en la luz. Así como cuando sacamos a la luz nuestros pecados al confesamos, satanás ya no puede condenarnos por ellos, cuando sacamos a la luz nuestros traumas pasados, el control de satanás sobre nuestros corazones se quiebra.
Si tienen un amigo creyente maduro, confíen en él y confiesen su dolor. Si no lo tienen, a veces todo lo que tenemos que hacer para sacar algo a la luz es confesarlo en voz alta a Dios. Sean valientes esta semana. Han mantenido ese dolor oculto por mucho tiempo. Expónganlo a la luz y dejen que Dios rompa el poder de ese dolor sobre ustedes. Vivan en la luz. Dejen que Dios reine en cada área de sus corazones.

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