Una cosa es segura: Los malvados no quedarán impunes, pero los justos saldrán bien librados.
Proverbios 11:21
¿Alguna vez has sido víctima de una injusticia? Durante muy poco tiempo, mientras estaba en la universidad, trabajé para una organización sin fines de lucro llamada "Victim Witness". Recaudaban restitución para las víctimas del crimen. Desafortunadamente, la mayoría de los delincuentes nunca pagaban restitución, incluso cuando un juez les ordenaba pagar restitución a sus víctimas. Haciamos todo lo posible para recaudar lo que podiamos para las víctimas, pero en la mayoría de los casos nunca obteniamos la restitución total.
Si alguna vez has sido víctima de un abuso, un crimen o una traición, sabes cuánto duele sufrir a manos de una persona malvada. Es natural que la mayoría de las personas deseen venganza, pero como Hijos de Dios, la Biblia nos pide que nos aseguremos de nunca pagar mal por mal. Una y otra vez a lo largo de la Biblia, el Señor nos dice: “Mía es la venganza”.
A veces, enfrentamos el desafío de que Dios no nos vengue cuando queremos que lo haga o como queremos que lo haga. Justo antes de perdonar a quien me ha hecho mal, siempre me siento tentada a orar para que las pulgas de mil camellos se posen en la cama de esa persona. ¿Sabes de lo que estóy hablando? ¿Has sido tentado a hacer algo similar?
He visto muchas veces cómo las personas que me han lastimado a mí o a mis seres queridos siguen viviendo sus vidas con alegría mientras yo o mis seres queridos sufrimos. ¿Has estado allí? A veces, parece que Dios olvida las iniquidades que sufrimos, pero, amigo mío, nunca lo hace. Proverbios 11 nos dice que los malvados no quedarán impunes. Puede parecernos que el pecado cometido contra nosotros nunca será castigado, pero Dios no miente.
Creo que a veces, en Su misericordia, Dios tarda en castigar a quienes nos lastiman para darnos tiempo de perdonarlos y a nuestros abusadores tiempo para arrepentirse. Sin embargo, ya sea que Dios castigue a los malvados de este lado del cielo o elija hacerlo del otro lado, tú puedes perdonar a quien te haya lastimado. Deja la venganza en manos de Dios, porque todo malvado tarde o temprano será castigado. Perdona y descansa. No hay mejor Vengador que el Señor Dios Todopoderoso.
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