Yo soy el que soy —respondió Dios a Moisés—. Y esto es lo que tienes que decirles a los israelitas: “Yo soy me ha enviado a ustedes”
Éxodo 3:14 (NVI)
¿Puedes imaginar lo que Moisés pensó cuando escuchó a Dios decir: “Diles que Yo Soy me ha enviado a ustedes?” No había forma de que Moisés entendiera que Dios le estaba diciendo: “YO SOY Elohim (Creador), EL Eloah (Dios Fuerte y Fuerte), Shaddai (Dios Todopoderoso), Adonai (Señor), Yahweh (Señor), Jireh (Proveedor), Rapha (Quien Sana), Nissa (El Señor nuestro Estandarte), M'Kaddesh (Quien santifica o santifica), Shalom (Señor de la Paz), Elohim (Señor Dios), Tdidkenu (nuestra Justicia), Rohi ( nuestro Pastor), Shammah (el Señor está allí), Sabaoth (Señor de los Ejércitos), Elon (Altísimo), Roi (Dios de la Vista) y El-Olam (Eterno)”.
En ese momento, Dios le estaba diciendo a Moisés te tengo cubierto. Te salvé la vida cuando flotabas en una cesta por el Nilo. Estuve contigo en el palacio. He estado contigo en el desierto y estaré contigo cuando vayas ante Faraón. Yo te proveeré en el desierto. Te protegeré de tus adversarios. Te guiaré día y noche. Te daré amor por esta gente terca. Te daré mi ley y te ayudaré a obedecerla. Enterraré tu cuerpo en el desierto, lucharé contra Satanás por él y te llevaré a casa al final de tus días.
Hijo de Dios, no importa lo que esté pasando en tu vida hoy, Dios te está diciendo lo mismo: “Yo Soy quien Soy, y te tengo cubierto”. Puedes estar quieto y saber que el Gran Yo Soy te tiene en la palma de Su poderosa mano. No hay necesidad de que te estreses, te preocupes, o pierdas tu alegría. El Dios que hizo llover maná del cielo para Sus hijos proveerá para tus necesidades. El mismo Dios que dividió las aguas para proteger a Su pueblo te tiene cubierto. Tus enemigos pueden rodearte, pero tu Dios ha prometido dar naciones por tu rescate.
Deja de intentar averiguar cómo saldrás del apuro. Quédate quieto. Permanece en fe ante Dios. Deja que Él sea tu consolador, tu torre fuerte, tu luz en la oscuridad. Deja que Él calme tus tormentas, cierre la boca del león, y esté contigo en el fuego. Él está dispuesto y es más que capaz de verte a través de tu dolor. Mi querido amigo, el dolor, el miedo, la necesidad y la incertidumbre pueden tentarnos a buscar respuestas en lugares o personas fuera de nuestro Dios, pero no tienes que hacer eso. Quédate quieto, anímate y deja que Dios sea lo que necesites y a quien necesites hoy y siempre.
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