Pero cuando ores, entra en tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre ...
Mateo 6: 6
Intento caminar por un parque todos los días durante mi hora de almuerzo. Hace unas semanas, mientras caminábamos con una amiga, notamos a dos jóvenes musulmanes orando sobre pequeñas alfombras que habían colocado en el césped. Mi amiga, que no es cristiana, me preguntó: "¿Oran ustedes tanto como ellos?" Un poco avergonzada, dije: "Deberíamos".
La verdad es que no todos los cristianos oran todos los días, y casi ninguno ora cinco veces al día como lo hacen los musulmanes. Cuando Jesús enseñó a sus discípulos a orar, no les dijo "si oran". Les dijo: "cuando oren". Después de todo, si Él, el Hijo de Dios, oraba tanto y con tanta frecuencia, nosotros, Sus discípulos, deberíamos orar mucho más que Él. Tristemente, eso no es siempre el caso.
Hemos escrito miles de libros sobre la oración, tenemos miles de reuniones de oración cada mes, hemos escuchado innumerables sermones al respecto y, sin embargo, muchos de nosotros todavía luchamos, tratando de orar a diario. Algunos cristianos ven a la oración como algo que hacen solo cuando están en problemas o cuando están en la iglesia. Muchos no desarrollan una vida de oración porque la ven como yo veo el cuerpo de un atleta; lo ven como algo que nunca podrían tener.
Hemos complicado la oración al convertirla en un derecho y / u obligación religiosa, cuando en realidad la oración es un regalo asombroso. Es una simple conversación entre nuestro Padre celestial y nosotros, pero es lo suficientemente poderosa como para traer el cielo a la tierra. ¿Se imaginan lo que podría hacer la iglesia de Jesús si oramos todos los días?
Creo con todo mi corazón que, en este año nuevo, Dios nos está llamando a hacer lo que Jesús nos dijo en Mateo 6. Necesitamos ir a nuestras habitaciones, cerrar la puerta y hablar con Dios todos los días. Para algunos de nosotros, sacar tiempo de nuestras ocupadas agendas para orar puede ser difícil al principio, pero debemos considerar ese tiempo como una inversión en nuestras ciudades, nuestras iglesias y nuestras familias.
Ya no podemos ver la oración como una forma de salir de los problemas. Vivimos en una época en la que no podemos permitirnos el lujo de no orar. Sabemos lo suficiente sobre la oración. Hemos visto y oído a suficientes personas orando. Es hora de aprender a orar, orando. Es hora de que nosotros, la gente común de la iglesia, oremos. Esos dos jóvenes me inspiraron no solo a orar más, sino también a orar por un avivamiento de oración en nuestras iglesias este año. Lo necesitamos desesperadamente.
Oro para que el 2022 sea un año en el que los cristianos de todo el mundo oren, si no cinco veces al día, al menos más de lo que lo hacemos ahora.
Comments