¿Qué sabes del Espíritu Santo? Mucha gente ha oído mencionar al Espíritu Santo en la iglesia, pero el Cuerpo de Cristo generalmente no está familiarizado con quién es Él. Para empezar, la mayoría de los cristianos hablan de Él como algo en lugar de alguien. Ellos saben que Él vive en ellos, porque la Biblia nos dice que somos Su templo, pero la mayoría de la gente no sabe por qué Él vive en ellos.
Por ejemplo, ¿Cómo crees que Él se ve? La mayoría de la gente piensa que se parece a una paloma, porque tomó la forma de una paloma durante el bautismo de Jesús, pero no es una paloma. La Biblia representa al Espíritu Santo como fuego, agua, viento y aceite, pero eso no es lo que Él es. Él es manso como una paloma y poderoso como el fuego, una fuerte torrente de agua o un fuerte viento, pero no tiene un cuerpo físico, por lo que le es fácil estar en todas partes aquí en la Tierra.
Al leer la Biblia, descubrimos que Él es amable y amoroso, lo que lo convierte en el consuelo perfecto para su pueblo. Él es alegre y juguetón, por eso hay libertad en Su presencia (2 Corintios 3:17). Él es el hacedor de milagros (Juan 14:12), nuestro sanador y el que resucitó a Jesús de entre los muertos (Romanos 8:11).
Dios Padre es nuestro protector, proveedor y dador de nuestra identidad. Jesús es nuestro salvador, redentor y nuestro camino hacia el Padre y a sus promesas. El Espíritu Santo es nuestro ayudante, nuestro maestro (la razón por la que entendemos la Biblia), la razón por la que podemos realizar milagros y la parte de Dios que camina con nosotros a lo largo de nuestras vidas.
Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les hará recordar todo lo que les he dicho.
Juan 14:26 (NVI)
Permanecerá en la Tierra con la iglesia hasta que Jesús regrese. Él es la fuerza de Dios en nosotros que nos permite huir de la tentación. Él ora con nosotros y, a través de nosotros, nos ayuda a hablar con valentía acerca de Cristo, es la presencia de Dios que sentimos en la iglesia, y cuando oramos, es quien nos convence de nuestros pecados y nos recuerda la Palabra de Dios cuando más la necesitamos.
Por favor, mi familia, no piensen en Él como algo. La próxima vez que piensen en el Espíritu Santo, piensen en Él como la tercera persona de Dios, que tiene una personalidad y muchas funciones, nos soporta a diario y nos ama tanto como Dios Padre y Dios Hijo. Hablen con Él durante la oración, pídanle que les enseñe la Biblia y disfruten de su presencia. Les prometo que disfrutarán conociendo mejor al maravilloso Espíritu de Dios.
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