La verdad de las mentiras es que, si la verdad nos libera, entonces las mentiras nos mantienen atados.
Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”.
Juan 8:32 (NVI)
El problema con la verdad y la mentira es que, a veces, lo que consideramos verdad puede ser mentira. Tomen la forma de nuestro planeta, por ejemplo, los registros egipcios y mesopotámicos antiguos describen el mundo como un disco en el océano con los cielos arqueándose sobre él. Ahora tales pensamientos nos parecían pensamientos de gente ignorante, pero durante siglos, muchas personas brillantes consideraron que era una verdad irrevocable.
Cuando era pequeña, mi madre me dijo que crecería una planta dentro de mí si comía una semilla de sandía. Me da un poco de vergüenza contar la historia ahora, pero evité las semillas de sandía como la peste durante años. ¿Por qué creí una mentira tan simple? Porque confiaba en la fuente y porque, a esa edad, no tenía forma de refutar tal verdad.
Es por eso, amigos míos, que, incluso como adultos, seguimos aferrándonos a diferentes mentiras e incluso defendiendo algunas de ellas como nuestra verdad. De niños, a muchas personas brillantes les dijeron que eran tontas, y ahora esa mentira se ha convertido en su verdad. Algunos hombres malvados y abusivos les dicen a sus mujeres que nadie más que ellos las amará, y a veces se quedan con ellos de por vida porque creen mentiras tan crueles.
¿Cómo, entonces, vamos a saber la verdad? La verdad, amigos míos, es la palabra de Dios, la Biblia. Algunas personas consideran que la Biblia es un libro que fácilmente puede malinterpretarse, perder su validez o que fue escrito por mentirosos, pero ningún crítico de la Biblia la ha refutado jamás. Por ejemplo, mucho antes de que la gente supiera que la tierra era redonda, Job (el libro más antiguo de la Biblia) lo dijo (Job 26:7), y luego el profeta Isaías (Isaías 40:22) lo confirmó.
Cuarenta hombres de diferentes orígenes, etnias e idiomas escribieron la Biblia durante 1.400 años, pero no encontrarás ninguna contradicción en ella. Cada vez que la gente me dice que la Biblia no es la verdad absoluta, los desafío a leerla, y si la Biblia no los cambia o los afecta de alguna manera, pueden refutarla.
Hasta ahora, nadie que la haya leído ha regresado a mí para refutarla. Por lo tanto, mi desafío para ti esta semana es que examines cualquier creencia o pensamiento que te mantenga cautivo al pecado, sus consecuencias, o te impida alcanzar tu destino a la luz de la Biblia. Permite que el Espíritu Santo desafíe cualquier mentira en tu vida. Deja que la verdad te haga libre.
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