Si mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, SE HUMILLA Y ORA, y busca mi rostro, y se vuelve de sus malos caminos, entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.
2 Crónicas 7:14 (NVI)
Si has leído sobre Israel en el Antiguo Testamento, sabes que parecían tener una relación unilateral con Dios. En tiempos de abundancia, lo olvidaban y corrían tras otros dioses. Sin embargo, siempre clamaban a Él en tiempos de necesidad o problemas. Su relación era tan unilateral que Dios a menudo permitía que los enemigos de Israel los afligieran para que clamaran a Él.
Leer sobre esto me hace sentir molesta con Israel y mal por Dios, pero si somos honestos, parece que a veces nosotros, la iglesia, tendemos a actuar como lo hizo el pueblo de Israel. Algunos de nosotros no hablamos con Dios a menos que lo necesitemos, y dejamos de hablar con Él si no nos da lo que le pedimos.
Dios ciertamente tiene las manos llenas con nosotros a veces, porque somos los únicos en todo el universo que se atreven a tratar a nuestro Creador como nuestro igual y, a veces, como inferior a nosotros. Porque tan poderoso como es el sol, ¿cuándo se negó a dar gloria a Dios y no brillar? ¿Alguna vez la Tierra ha dejado de girar? Incluso cuando gime debido a nuestro pecado, todavía hace lo que Dios le pidió que hiciera.
Pueblo de Dios, sugiero que tomemos un tiempo para examinar nuestra vida de oración esta semana. El Creador del Cielo y la Tierra desea pasar tiempo con nosotros. Él quiere que oremos. El Dios que controla el universo siempre está listo a hablar con nosotros. Recordemos que somos polvo y que necesitamos de Dios hasta para respirar.
Acordémonos que somos Su pueblo, las ovejas de Su prado, y separémonos un tiempo para hablar con Él. Por favor, hagámoslo no porque lo necesitemos sino porque podemos. Humillémonos lo suficiente para orar y reconocer que Él es nuestro Dios.
Comments