Y si mal os parece servir al Señor, escogeos hoy a quién sirváis; ya sea a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estaban al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos al Señor.
Josué 24:15 (RV)
Josué le dijo a Israel: "No puedo decidir por ti a quién vas a servir, pero yo y mi casa serviremos al Señor". Me pregunto cuántos padres pueden hacer la misma declaración hoy. Mientras vemos las noticias, interactuamos en las redes sociales y leemos las cartas que llegan a casa desde las escuelas, nos damos cuenta de que nuestros hijos enfrentan un nivel de depravación que nosotros nunca tuvimos.
¿Cómo mantenemos a los jóvenes alejados de la pornografía cuando la tienen disponible en sus teléfonos? ¿Cómo mantenemos puros a nuestros cuando viven en un mundo donde a lo pecaminoso se le llama bueno y la santidad se ridiculiza? ¿Cómo enseñamos a nuestros hijos a odiar el pecado, pero a amar a los pecadores?
Mis amigos, lo hacemos estando agresivamente atentos a lo que sucede en nuestros hogares. Hijos de Dios, su primera responsabilidad como padres es ser una línea de defensa para su familia. Como creyentes, debemos decirle al diablo: “No tocarás a nuestras familias. No lo harás mientras esté yo de planta".
Una vez que sus hijos crezcan y se vayan del hogar, lo único que ustedes podrán hacer es orar por ellos y ofrecer sabiduría cuando sus hijos la pidan, pero mientras ellos vivan bajo su techo, necesitan instruirlos en el camino que deben seguir (Proverbios 22:6). Necesitan leer la Biblia con ellos e inspirarlos a memorizarla. Las partes de la Biblia que sé de memoria, la sé porque mi madre me obligó a memorizarla. Aunque antes me quejaba de tener que hacerlo, ahora le agradezco a mi madre por no cansarce de mis quejas.
Necesitan defender a sus hijos como una leona defendería a sus cachorros. Oren con y por sus hijos. Que los oigan interceder por ellos. Escuchar a mi mamá orar por mí siempre puso en mí el temor de Dios. De joven, cuando alguien me invitava a hacer algo “turbio”, lo primero que me venia a la mente eran las oraciones de mi madre. No dejen el crecimiento espiritual de su familia únicamente en manos de la iglesia. La iglesia puede ser su aliada, pero no debe ser el único lugar donde sus hijos se encuentren con Dios.
No podemos hacer mucho para cambiar la sociedad, pero podemos influir a nuestras familias. Podemos estar atentos a lo que ven, oyen y hacen. Hijos de Dios, hagan todo lo que esté a su alcance para proteger a su familia. Dios es fiel. Si hacen su parte, Dios hará la Suya y ustedes y sus hijos le servirán al Señor todos los días de sus vidas.
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