¿Qué Si Cristo No Hubiera Muerto?

Yendo un poco más allá, se postró rostro en tierra y oró: «Padre mío, si es posible, no me hagas beber este trago amargo. Pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.

Mateo 26:39

¿Alguna vez se han preguntado qué hubiera pasado si, por ejemplo, los puritanos no hubieran venido buscando una tierra donde pudieran adorar libremente a Dios? Los Estados Unidos de América no existirían. ¿Y si los padres de Jonas Salk nunca se hubieran conocido? Él no habría inventado la vacuna contra la polio.

El mundo sería muy diferente sin un país tan maravilloso y una vacuna asombrosa, pero nada hubiera sido peor que si Jesús no hubiera muerto en la cruz. Piénsenlo; no era como si Él no tenía otra opción. Podría haberle dicho a su Padre; No beberé de esta copa. Seguiría siendo Jesús, el Hijo de Dios, el Señor de Señores y la meta de toda la creación.

Nosotros, por el contrario, probablemente no existiríamos, porque Dios se habría visto obligado a ejecutar Su justicia en la Tierra. Amigos míos, la única razón por la que Dios no ha destruido la raza humana es que vivimos en la dispensación de la gracia adquirida con la sangre de Cristo y porque la Iglesia de Jesús todavía está en la Tierra.

Si somos honestos, tenemos que admitir que merecemos un diluvio mundial más que la gente de los tiempos de Noé, y Sodoma y Gomorra probablemente nunca vieron algunas de las atrocidades que ahora llamamos "normales". Por la gracia de Dios y porque Jesús eligió morir por nosotros en lugar de vivir sin nosotros, podemos vivir en paz con Dios, pero nunca olvidemos ni demos por sentado el sacrificio de Jesús.

Por eso, esta Semana Santa y especialmente el domingo de Resurrección, tomemos un tiempo para celebrar la bondad de Dios con nuestras familias. Recordemos el costo de nuestra salvación y asegurémonos de que todos en nuestras familias entienden por qué nos reunimos para celebrar la Resurrección. Celebramos la Pascua porque Jesús, nuestro Señor, dio su vida por nosotros y porque no se quedó en el sepulcro. Nuestro Señor está vivo. ¡Nuestro Señor resucitó!