“¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente y venimos a adorarle”.
Mateo 2:2 (NVI)
El programa "Si ves algo, di algo" es una campaña nacional en los Estados Unidos que tiene como objetivo crear conciencia sobre los signos de un posible nexo con el terrorismo o ayudar a informar actividades sospechosas a las autoridades. El Departamento de Seguridad Nacional lo estableció para que el público ayude a las agencias del orden público a evitar tragedias como los horribles tiroteos públicos que experimentamos con frecuencia en este país.
Aunque estoy segura de que este programa ha ayudado a evitar muchas tragedias, no las ha evitado todas. Cada vez que ocurre un tiroteo, no puedo dejar de pensar, ¿qué pasaría si los cristianos reaccionáramos al dolor que vemos a nuestro alrededor como los sabios de la Biblia reaccionaron a la estrella que vieron en Oriente?
La Biblia nos dice que vieron la estrella y reaccionaron de inmediato. No la ignoraron. Fueron a adorar al Rey que sabían había nacido. Una vez que llegaron a la región donde vieron la estrella, dijeron algo. Ellos preguntaron: "¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido?"
Pueblo de Dios, la mayoría de los tiradores en masa, no toman un arma un día y empiezan a disparar. La mayoría de ellos han estado en dolor o luchando contra una enfermedad mental durante años. Me pregunto si alguien intencionalmente intentó alguna vez aliviar el dolor de uno de esos tiradores. ¿Qué pasaría, por ejemplo, si restauramos los corazones que las palabras hirientes han roto al reemplazar esas palabras con palabras de amor? ¿Qué pasaría si hacemos todo lo posible para reconstruir a las personas aplastadas por la vida?
No podemos remediar cada injusticia o acto abusivo que nos rodea. Sin embargo, ¿podemos hacer más de lo que estamos haciendo para aliviar la soledad, el dolor o la frustración de las personas? Mis amigos, no veremos una estrella sobre las personas necesitadas, pero si prestamos atención, el dolor siempre se nota. La ira, la frustración, el aislamiento, las lágrimas o el dolor físico son signos de quebrantamiento.
Si permitimos que el Espíritu Santo nos use para sanar corazones quebrantados, Él nos guiará a personas que necesitan el amor de Dios tal como Él guio a los sabios de la Biblia a Cristo. Mantengamos los ojos abiertos mientras compramos, cocinamos o decoramos esta temporada navideña. No ignores el dolor que te rodea. Si ves dolor, di o haz algo para aliviarlo. Compartamos el amor de Cristo esta Navidad.
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