Estas son las cosas que habéis de hacer: Hablad verdad cada cual con su prójimo; juzgad según la verdad y lo conducente a la paz en vuestras puertas. Y ninguno de vosotros piense mal en su corazón contra su prójimo, ni améis el juramento falso; porque todas estas son cosas que aborrezco, dice Jehová.
Zacarías 8:16-17
Hace poco leí un informe de una revista que preguntaba a personas de todas las ocupaciones qué hace que un líder sea digno de confianza. Encontraron cinco cualidades específicas que les permiten a las personas saber que pueden confiar en una persona. La mayoría de la gente confía en una persona que es honesta, veraz, justa, ética, discreta y consciente de sí misma. Esa es una tarea difícil; si somos sinceros, la mayoría de la gente no siempre puede ser todo eso todo el tiempo.
Sin embargo, ha habido personas en la historia y hay personas ahora que hacen todo lo posible para ser confiables o dignos de nuestra confianza. Uno de ellos fue el rey David. Él era un hombre de palabra. Si lees el capítulo nueve de 2 Samuel, encontrarás cómo David cumplió su promesa a su amigo Jonatán, incluso después de la muerte de Jonatán. Si David no hubiera cumplido su promesa, nadie lo hubiera sabido, pero lo hizo porque era digno de confianza.
Pueblo de Dios, necesitamos ser gente de palabra. Tenemos que ser honorables. ¿Te imaginas cómo sería este mundo si pudiéramos ver a nuestros políticos, líderes comunitarios y líderes religiosos como personas en las que siempre podríamos confiar? Lamentablemente, no siempre podemos. ¿Conoces a alguien cuya confianza ha sido traicionada o defraudada por alguien a quien respetaba? Yo conozco a varios.
Mis amigos, somos humanos y defraudaremos a la gente incluso por error o por circunstancias fuera de nuestro control, pero ese no puede ser nuestro modus operandi. Mucha gente se ha alejado de Dios porque sus líderes los traicionaron. Muchas personas son robadas, utilizadas e incluso abusadas por los líderes en los que confían. Tenemos que hacer todo lo posible para arreglar eso.
¿Eres honesto o eres capaz de hacer trampa? ¿Mientes o rompes tus promesas a menudo? ¿Te aprovechas de las personas si se presenta la oportunidad? Si respondiste afirmativamente a cualquiera de esas preguntas, permite que el Espíritu Santo sane, perdone, ajuste o corrija lo que sea que no te permite ser una persona digna de confianza. El mundo necesita líderes confiables. Por favor, sé uno.
Para aprender más sobre el tema puedes ir a globalgraceministries.com y bajo recursos encontrarás nuestro podcast.
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